miércoles, 25 de agosto de 2010

La Radio "Nonagésimo Aniversario" Parte III


En esta tercer entrega, en la semana de la RADIOTELEFONÍA ARGENTINA, evocamos a algunos de los que nos "mostraban" el deporte desde la radio.-


En la historia de nuestra Radiotelefonía, los programas dedicados al deporte ocuparon espacios predominantes en el gusto de una vasta y masiva audiencia, deseosa de recibir la información de las más variadas disciplinas del quehacer deportivo nacional e internacional.
La RADIO era a mediados de siglo XX, el único medio con la suficiente instantaneidad,  a pesar de la precariedad técnica, que llegaba al oyente con la diversidad de relatos y comentarios desde los lugares más recónditos del planeta.
El fútbol, el automovilismo y el boxeo, ocupaban los sitiales de preferencia, facilitada por la popularidad que estos deportes poseían entre los aficionados. Las distintas emisoras, aseguraban a los amantes del turf sus espacios exclusivos, dado que el denominado “deporte de los Reyes” era dueño de gran predicamento en la sociedad, a diferencia de la actualidad, cuando es casi nula la información en el medio.

Cabe recordar a especialistas en la materia, que con sus conocimientos y esa dosis de picardía porteña, capitalizaban el interés de quienes, se habían ganado su confianza, a la espera del dato salvador. Miguel Ángel Busso en Radios El Mundo y Libertad, Mineral en Belgrano,  Vadarkablar en Splendid y Julio Albano en Rivadavia, eran los “dateros” de los aficionados a esta disciplina.

Otros deportes, de menor inserción entre las pasiones populares, también tenían sus seguidores a través de la radio. Para ello, los diversos equipos deportivos de cada emisora disponían de especialistas en basquetball, pelota a paleta, ciclismo, atletismo, golf y, a partir de los años ´70,  el tenis, cuando un joven proveniente de Mar del Plata, de larga cabellera y muy bajo perfil, iniciaba una rutilante carrera en el mundo, con triunfos sobre las más prestigiosas figuras del por entonces denominado “deporte blanco”. Este joven, llamado Guillermo Vilas, una incipiente realidad, hizo posible  la aceptación y el crecimiento popular de este deporte, hasta ese momento destinado solamente a una élite. Los medios, especialmente las radios fuertes en materia deportiva, enviaron a sus especialistas para seguir a este tenista, que se incorporó en el corazón de todos los argentinos. La por entonces denominada -y con razón- “la emisora del deporte”LS5 Radio Rivadavia, destinó a Juan José Moro (otro marplatense) a cubrir por donde fuere la campaña de Vilas. Actitud similar adoptó Radio Continental, con su enviado Guillermo Salattino.
Cada radioemisora, aún las más pequeñas, poseían sus propios equipos deportivos estables, conformados -a diferencia de la actualidad - por profesionales eruditos en cada materia, probos no sólo en una disciplina sino en lo relacionado al deporte en todas sus actividades. Generalmente,  todos estos verdaderos profesionales, venían precedidos por una gran experiencia en el periodismo gráfico, o bien en radios del interior del país, auténticas formadoras de los versados que llegarían a la ciudad capital.

Una vez más, y tal como lo destaco anteriormente, recurro con extremo placer a la memoria, que me permite instalarme en aquellos tiempos de oro, donde intercalado con mis juegos infantiles, era casi un deber a las horas señaladas, compartir con mis imaginarios amigos del aire, todo aquello que a través de sus voces y conceptos, me transmitiera esta pasión que lentamente se me fue metiendo en la piel y en el corazón.
Así fui conociendo a todos y a cada uno de aquellos hombres, que a través de sus relatos y apreciaciones, le daban vida a los héroes del fútbol que como todo pibe, tenía cuidadosamente situados en los álbumes de las figuritas Starosta.
Hablar de periodismo deportivo radial en nuestro país[1], amerita marcar como hito a las décadas del ´30 al ´60, recordando las primeras grandes transmisiones que llegaron desde el exterior para acercarnos las diversas alternativas del desempeño de nuestros deportistas en el mundo. Éstos eran tiempos en que no se contaba con la apoyatura técnica de hoy, todo era a pulmón, con inventiva e ingenio más que con medios. No existía la comunicación satelital, ni consolas para exteriores, ni los híbridos[2] en estudios, todo era a través del precario sistema telefónico alambrico. Quien capitalizó el estímulo de multitudes palpitando sus actuaciones en las pistas europeas, fue el siempre vigente Juan Manuel Fangio, que a su paso triunfal en la llegada, presentía el grito de “COCHE A LA VISTA”, en la inconfundible voz y emoción de uno de los pioneros en transmisiones deportivas radiales, Luis Elías Sojit, quien junto a su hermano, Manuel Sojit (cuyo seudónimo era “Corner”) y la locución de Alberto Chitro, marcaron una época de gloria para el deporte y la radiotelefonía en nuestro país.
Mencionar a Luis Elías Sojit y sus transmisiones, me retrotrae en el tiempo y aún resuena en mis oídos aquel latiguillo que remarcaba con abusada insistencia “Perón cumple, Evita dignifica”, slogan oficial que se imponía en los medios durante el gobierno de Perón.

Por su parte, la Corporación Deportiva Dabrac, desde LS4 emitió, entre otras hazañas el éxito de los juegos olímpicos de Ámsterdam, el mundial de 1930 en Uruguay por mencionar algunos. Un antes y un después de la década del ´60, lo marca la irrupción de un  nuevo estilo en transmisiones deportivas, cuando LS5-Radio Rivadavia, comienza a erigirse en lo que más tarde sería la emisora del deporte de la República Argentina.
Todo lo conocido en materia periodística deportiva hasta entonces, era sobre la base de grandes esfuerzos técnicos, económicos y humanos, con producciones independientes, y con la precariedad propia de la época. Cuando la mencionada emisora pasa a manos de RADIOEMISORA CULTURAL S.A., cuya cabeza visible era un pujante hombre del medio, Jacinto Fernández Cortés, se inicia el camino de lo que en definitiva sería la gran transformación de todo lo conocido hasta el momento. Aquí es donde aparece con luz propia un joven relator, hasta entonces un integrante más del elenco deportivo de la vieja Radio Rivadavia. Ese joven gordito y emprendedor se llamó José Maria Muñoz. Pero, mencionar esta etapa merece un capítulo aparte, porque corresponde previamente hacer una recorrida y el pertinente homenaje a los verdaderos precursores de la actividad periodística deportiva en la historia de la radiotelefonía argentina.

En las décadas del ´40 y ´50, si bien eran varias las radios que incorporaron las transmisiones de fútbol a sus programaciones de fin de semana, eran dos las de mayor gravitación entre los aficionados al más popular de los deportes.
Una de ellas fue LS10-Radio Libertad (cuando aún pertenecía a la Editorial Haynes) transmitiendo junto a las ondas cortas de Radio El Mundo, LRX, LRX1, LRX2 y La Red Azul y Blanca de Emisoras Argentinas. La otra fue LR4-Radio Splendid, junto a la Red Argentina de Emisoras Splendid, y las ondas cortas LRS, LRS1 y LRS2.
Ambas transmisiones, por la importancia de sus respectivos equipos profesionales, más la llegada a todo el territorio nacional y países de América y el mundo (gracias a las respectivas ondas cortas y redes del interior mencionadas), eran indudablemente las de mayor audiencia, aunque cada una de ellas tenía a sus fieles seguidores, los que se daban cita domingo a domingo. El fútbol en la historia de la radiotelefonía nacional, fue el símbolo de una cultura que durante años, marcó en las familias la imagen de unión en la sobremesa dominguera, y que en los hogares más lejanos a los epicentros donde se gestaban las contiendas deportivas, logró el disfrute de aquellas fiestas que les acercaban los rutilantes relatores y comentaristas que transitaron el espectro radiofónico a través del tiempo.

Corresponde en este capítulo mencionar a la gran mayoría (según el archivo de mi memoria) de aquellos periodistas amigos del aire, que forjaron con su trayectoria el camino de esta profesión, y que por aquellos tiempos ya tan lejanos, jamás imaginaron, podría llegar a depredarse ante los improvisados e irreverentes que irrumpieron en la década del ´90.
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Atento Fioravanti

Después de un extraordinario suceso de casi diez años en LR4 Radio Splendid, en 1950 llega a Radio Libertad, quien fuera un símbolo del relato deportivo en radio, no sólo del país, sino también de América.
Nacido el 5 de noviembre de 1905, del otro lado del Río de la Plata, desde muy pequeño con su familia se afincó en la provincia de Santa Fe, lugar donde inició la que sería una brillante carrera periodística, que bien le valió el mote de “MAESTRO”, como corolario de una vida plagada de capacidad, profesionalismo y honradez.
Joaquín Carballo Serántes fue el nombre de quien en su vida profesional, fuera identificado como “FIORAVANTI”, marca registrada que significara: buen uso del idioma, corrección, excelente dicción y una voz inconfundible, propia sólo de aquellos elegidos para hacer docencia a través de un eficaz uso del micrófono. Su llegada a la radiofonía porteña se produce en la emisora LS9 La Voz Del Aire.

El sonar del estridente “ATENTO FIORAVANTI”, a manera de anticipo de una información, por parte de algún integrante de su equipo, hacía latir los corazones de los oyentes, a la espera de que esa llamada indicara el gol de su equipo favorito.
Junto a Fioravanti compartieron la pasión dominguera, rutilantes figuras del periodismo, como Ricardo Lorenzo “Borocoto” (una personalidad de singular prestigio entre los periodistas graficos de aquellos tiempos) y Enzo Ardigó,(precedido con lucimiento en redacciones con olor a tinta) seguramente recordado con especial estima y reconocimiento por quienes supieron “INDUDABLEMENTE” (tal era su latiguillo característico) disfrutar de sus acertados y experimentados comentarios.
En esos tiempos, en que la tecnología no era aún de vanguardia, la información en directo desde otros estadios era limitada: sólo dos partidos, los que le seguían en importancia a la transmisión central, eran cubiertos por periodistas integrantes de las producciones.

En el caso puntual del elenco de Fioravanti, otros excelentes profesionales compartían la responsabilidad de la información: Horacio Bessio (ameno, cordial, y además Director de la revista Mundo Deportivo, semanario del grupo Haynes que competía con la ya vigente revista El Gráfico), Damián Cané (hombre de exitosa trayectoria profesional, con amplios conocimientos sobre fútbol y box, siendo el comentarista de las inolvidables  veladas sabatinas de boxeo junto a Fioravanti), Roberto Moreno, Oscar Marino (desde los estadios de Rosario), Alberto Magdaleno (en vestuarios y además integrante del servicio noticioso de LR1), y en estudios centrales la inconfundible voz y el buen decir del periodista Alberto Rual, quien no logró la continuidad, que por condiciones prometía. Las transmisiones que comandaba “el maestro”,  contaban con el auspicio exclusivo de La Fábrica Argentina de Alpargatas, con avisos muy bien expresados por la voz de Rafael Iram Díaz Gallardo. La producción general y dirección estaban a cargo de Amleto Magdalena, hombre dedicado a los medios y profundo conocedor de las grandes producciones, fundamentalmente las deportivas. Su avidez  y olfato en la materia, propiciaron llevar al relator a las huestes de la empresa Haynes[3].

No quiero omitir en  este homenaje a Fioravanti, algunos términos que impuso y popularizó de su rico vocabulario, quien lo escuchaba apreciaba que se trataba de un avanzado de la Real Academia de habla Hispana: cancerbero (defensor), guardameta (arquero), esférico (pelota), peón de brega, entreala (volante), etc. Prefería que no se lo ubicara en el rubro de los relatores convencionales, sino que se lo considerara como un narrador, dado su singular estilo ameno, preciso y prestidigitador del idioma. De sus labios, surgían como vertiente natural sinónimaos, antónimos, adjetivos y los sustantivos exactos para cada caso. Quienes recuerdan a Fioravanti, seguramente tendrán aún en su mente algo muy particular, que lo caracterizaba: su grito de gol era diferente, ya que remarcaba la “L” final y no alargaba la  “O”, como lo hicieran y aún continúan haciéndolo el común de los relatores.
En los tiempos a los que se remontan estos repasos, era muy común el uso de cortinas musicales identificatorias de los programas deportivos, con temas del compositor John Philip Souza, generalmente interpretados por la banda militar de la Warner Bros. Los ciclos de Fioravanti se musicalizaban con la “MARCHA SOBRE EL RIO QUAYT, tema original de la película homónima.

En la segunda mitad de los años ´50, cuando Radio Libertad pasa a sus nuevos permisionarios, las transmisiones del fútbol con Fioravanti y todo su equipo ocupan el espacio de cada domingo, en Radio El Mundo. En 1967, Radio EL MUNDO, como otras estuvo en poder del estado, el “maestro” pasa nuevamente a radio Libertad que no había sido intervenida. En esta etapa lo acompañaron Horacio Bessio, Damián Cané, Gañete Blasco, Roberto Maidana, J. J. Lujambio y Leopoldo Costa como locutor exclusivo de GILLETTE, patrocinante del ciclo. A mediados del ´70, “el maestro”, ya falto de la visión necesaria para la tarea, inicia  lentamente su retiro de la profesión, dejando un espacio vacío que mucho costó ocupar. Fioravanti inició una escuela forjada por la idoneidad, objetividad y un sello de manifiesto respeto por el oyente.
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ALFREDO ARÓSTEGUI
EL RELATOR OLÍMPICO
Así como describo en los párrafos anteriores el especial predicamento de uno de los máximos acaparadores de audiencia en materia de relatos deportivos, corresponde ahora hacer referencia a otro de los que, domingo a domingo, y desde LR4-Radio Splendid, pulseaban por dicho liderazgo: Alfredo Aróstegui, apodado “el relator olímpico” (por ser integrante de la Corporación Deportiva Dabrac, que transmitiera los Juegos Olímpicos de Amsterdan en 1928).
Aróstegui encabezaba un equipo de excelentes profesionales, y él como relator era poseedor de un timbre de voz y tonos realmente admirables. También como en el caso anterior, este conjunto periodístico realizaba la transmisión central desde aquel estadio donde se disputara el partido más importante de la fecha. Allí, junto al relator, lucía por estilo, conocimientos, expresión y  profesionalismo, un “símbolo” del periodismo oral y gráfico nacional: Félix Daniel Frascara, “Frascarita” para sus colegas, que le propiciaban un particular respeto y admiración.
Conocedor al extremo de su función, amante del fútbol y especialmente del boxeo, su verdadera pasión, Frascara junto a Aróstegui conformaban un estupendo dúo de trabajo, consolidando un grupo en el que además se destacaban Tito Martínez y Osvaldo Cafarelli.
Éstos surgían desde otros estadios, con la información al instante y los comentarios respectivos.

En este elenco periodístico de Splendid, irrumpía desde estudios centrales una voz, digna del mejor “galán” de radioteatro: toda la fecha, toda la información, lucía en las palabras y el buen decir de Horacio Omar Arrastía, otro de los excelentes periodistas que por esas cosas del destino, no tuvo la continuidad que su estilo y calidad suponían. Lo mismo ocurrió con Alberto Rual, ambos profesionales de singular fuste a los que pocos recuerdan y que como tantos, han quedado injusta e ingratamente olvidados.

En estas emisiones comandadas por “el relator olímpico”, desde vestuarios aparecía la voz de un joven periodista, Roberto Maidana, quien además era locutor estable del informativo de la emisora. Si a alguien faltara destacar en este staff, sería al responsable de la locución comercial. Este rol contaba con el brillo de una de las voces más rutilantes y vendedoras de la historia de la radiofonía, sinónimo de locución, Ricardo Jurado, el elegido por las más importantes empresas y agencias publicitarias para vender sus marcas.
Tanto El Mundo como Splendid, poseían sendos ciclos comandados por Fioravanti y Aróstegui, respectivamente, antes y después de las jornadas domingueras (a las 12 y a las 20 horas). Es muy importante resaltar que en esos tiempos ya remotos, sólo había fútbol los domingos, mostrando a diferencia de la actualidad, un gran respeto hacia los aficionados a este deporte, debido a que los torneos eran organizados “exclusivamente” por la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A.).
Material del libro “yo el oyente”

[1] Merecen ser destacadas las transmisiones de fútbol local a partir del año 1932.
[2] Elemento técnico instalado en la Cabina de control central, que facilita el retorno del audio para las transmisiones desde exteriores.
[3] Las transmisiones de fútbol de dicha empresa, se emitían para el área metropolitana por LS10-Radio Libertad, y para el interior y el exterior, a través de la Cadena Azul y Blanca de Emisoras Argentinas y las ondas cortas de LR1-Radio El Mundo.