viernes, 25 de marzo de 2011

Mitre y Antartida ¡¡¡¡¡otra forma de hacer radio!!!!!

En este mítico edificio,ubicado en Arenales 1925, mantuvieron sus estudios dos radios argentinas. Ambas por muchos años estuvieron hermanadas no solo por su condición de vecinas, sino también por sus programaciones muy exclusivas.
Este edificio, ubicado en Arenales 1925, a metros de Río Bamba, albergó en sus tiempos de máximo esplendor a LR6 Radio Mitre y LR9 Radio Antartida.

Mitre, excelsa por su programación casi exclusivamente musical, Antartida, una radio que denomino la radio escuela, hecha a pulmón y muy popular.


Allá lejos y hace tiempo, años `50 y `60 Radio Mitre era por excelencia, la elegida de aquellos, que apasionados de la música, encontraban en ella la verdadera discoteca del aire. Elegida por los oyentes, pero también sugerida y adoptada por los difusores de los sellos grabadores, concientes que en ese aire puro de Mitre, encontraban la vidriera mas preciada y vendedora para sus placas discográficas. Escuchar Radio Mitre, “en el 80 de su dial” era el símbolo de buen gusto para saciar el oído, con una especial programación.
Pero, en radio no solo lo musical tiene validez, sino las palabras que acompañan ese amplio y variado pentagrama del aire.
Mitre, marca registrada de muy buena radio, lograba ese componente de la mixtura perfecta, tan necesario como valioso. Voces que presentaban música, y música que iluminaba  voces. No es lo mismo un bello tema musical, presentado por un sombrío locutor, que el mismo tema, rubricado con las palabras justas en contenido y tonos acordes al sentido que autor e interprete, soñaron para su obra. Para graficar más claramente el sentido de aquella Mitre de la calle Arenales, puedo comparar su vidriera artística, con los lujosos anaqueles de la vieja casa Riccordi de la calle Florida. Como bien lo saben quienes son fieles recurrentes a este blog, me apasiona escribir mentalizando en mi imaginario. Evoco en el ahora, el susurro de aquellas voces, que significaran las más ilustres vendedores de piezas musicales. Roberto Arévalo, Martha Cantela, Martha Moreno, Rodríguez Luque, Enrique Alejandro Manccini, Juan Carlos Pascual, Georgette Graiev, Carlos Matteo, Rubén Machado, Elda Cordova y seguramente algunos que en este acto involuntario estoy olvidando.
Y así, con la misma suntuosidad elitista desde donde surgían esos sonidos, en el barrio Norte porteño, estos llegaban indemnes a cada receptor que a la distancia, captaban toda la calidad de esta inolvidable LR6 Radio Mitre, en el número 80 de su dial.

La otra radio de este histórico templo hacedor de ilusiones sonoras, Antartida, era la popular. Esta, cuya programación musical se mechaba con ciclos deportivos, era algo así, como la disquería del barrio. No eran del todo selectas las piezas musicales y para las grabadoras, significaba el contrapeso necesario de lo popular, que además serviría para promocionar a sus artistas teloneros que cada fin de semana, en verdaderos periplos titánicos, recorrían los escenarios más impensados de cada barrio, de cada pueblo, de cada ciudad. 

Antartida era una radio estrictamente comercial, vendedora de espacios y por lógica, en sus micrófonos, irrumpían quienes mejor pagaban el aire.
No obstante esta particularidad, dado su estilo, era considerada una radio escuela. Una interesante porción de los más destacados locutores del medio, hicieron sus primeras armas frente a sus micrófonos, como estables de la emisora. Héctor Larrea, Miguel Ángel Merellano, Ciro Dante, Leonor Ferrara, Lucy Saavedra, Rosemarie, Humberto Biondi Manuel Aisiner y tantos otros. Hablar de esta Radio Antartida de los años `60, es recordar las mañanas con la impronta del joven Héctor Larrea luciéndose con el Circulo Musical, junto a Nilda Montanaro anunciando los bailes de Los Indios de Moreno. Antartida era la voz de Antonio Barros, de Héctor Primavera, de Alfredo Curcu, del noticiero con José Luís Padula, los comerciales de Jose Carreiras, Norma Lugani y Díaz Bialet, Y así, variada y popular tenía su audiencia propia, también variada y muy popular. En 1983, radio Antártida de Buenos Aires- 1190Khz, silencia su voz para siempre. Esta tarea le cupo al locutor Carlos Raitman, otra de las voces que identificara a esta emisora.

En lo personal, esta casa tiene para mí, un significado muy especial. Allí después de mi experiencia de adolescente por la vieja Libertad, y con apenas 17 años en mi cedula, comencé a tomar seriamente este amor por la radiofonía, pero ya desde el otro lado, al que hasta el momento me tenía como oyente. La cosa era desde frente al micrófono.

Pero, esto dará lugar a otro capitulo, que vengo pergeñando desde hace ya algún tiempo y no me atrevo a escribir. No por nada desmedido o incontable, sino por temor a remover en mi, una historia por la que aposte muy fuerte, y me dejó tirado en soledad, en la banquina de la ruta mas inhóspita del imaginario.
Así como dice el saber popular, que un cabello de mujer tira más que una yunta de bueyes, a mí, los cables de un micrófono me tiraron y enredaron en la vida, dejándome solo eso, un enredo irremediable que mucho me costará entender hasta el último día de mi existencia.