miércoles, 18 de septiembre de 2013

Delfor, se fue, pero dejó un legado


El último 11 de Septiembre con motivo de celebrarse el día del autor, fluyeron en mí memoria, nombres que con el paso inexorable de un tiempo injusto, fueran desterrados sin piedad en el libro del olvido.


Como tantos hombres y mujeres que hicieran felices nuestras horas de espectáculo y esparcimiento, aquellos que delinearan tantas historias de idilios, suspiros y sonrisas, han quedado desterrados por la vorágine marquetinera a la estamos impunemente expuestos.

Pero, mientras podamos y desde nuestro lugar, como seguramente muchos, mantendremos indemnes en nuestro respetuoso homenaje, a verdaderos hacedores de historias que durante años, a través de la radio, nos regalaran todo su talento. Mencionar a algunos de los injustamente olvidados, significará para mí, incluir a todos a quienes desde su pluma, permitieran hacer felices a generaciones que por esas cosas de la vida, están partiendo de este mundo.

Hablar de creadores de historias y guiones de la radiotelefonía argentina, es recrear la estirpe de nuestra cultura llevada a voces que le dieran vida a esas leyendas. Resultaría escaso todo escrito para mencionar a todos, pero bastará solo mencionar a algunos, para rendirle mi verdadero afecto y agradecimiento a todos. Alberto Migré, Celia Alcantara, Laura Favio, Juan Carlos Chiappe, Miguel de Calazans,Abel Santa Cruz, Miguel Coronato Paz, Horacio S. Meyriale, Roberto Gil, Luis M. Grau, Aldo Cammarota, Eric Della Valle, Miguel Petrucceli, Juan Carlos Messa y muchísimos más que hacen a la rica historia de nuestros grandes autores.

Mucho me hubiera gustado realizar esta nota sin este apéndice que en lo personal tiene un significado muy especial. A solo cuarenta y ocho horas de su día, del autor, partió al encuentro de sus colegas y maestros, uno de los grandes creadores del humor nacional. “Armando Libreto” es decir Delfor Amaranto Dicasolo, o simplemente DELFOR, como siempre se lo identificó.

Este pequeño de envase pero grande en sus creaciones, me regaló los momentos mas felices junto al viejo receptor. Generador del mayor éxito cómico de la aquella épica radio que fue y que no volverá. Hablar de Delfor, es hablar de humor, de picardía sana, de chispa, de creación y de tacto para darle vida a cada personaje por el pergeñado. “La Revista Dislocada”, la gran creación cómica de Delfor, marcó un hito en la radiofonía nacional, que lamentablemente muchos recordarán, los menos, y que por esa absurda manera de olvidar, no han conocido las nuevas generaciones.

Recuerdo otra de las grandes creaciones del maestro de Chivilcoy. “Club de Barrio El bailable mas alegre del dial” Este era un ciclo semanal, los sabados a las 20 hs. que el petiso, conducía junto a Juancito Monti y Guillermo Iglesias en LR2 Radio Argentina, con publico en la sala y cuando esta emitía desde aquella mítica casa de Av. Santa Fe 2043.

En lo personal, y después de mi rol de oyente, por esas cosas tan extraordinarias que tiene el medio, me di el lujo de trabajar junto a este tipazo. Trascurría el año 1975, y yo trabajaba como locutor estable en LT34 Radio Nuclear de Zarate. Una emisora muy arraigada por esos tiempos en el orden radial y que pretendía ser traslada a Buenos Aires. Una mañana de sábado, observo que los directores de la emisora junto a Delfor estaban en el control mirando hacia el estudio. ¿Qué hará Delfor aquí? Me pregunté mientras nerviosamente leía un aviso. A las 12, cuando terminara mi turno, fui convocado a almorzar con los popes de la emisora y aquel ídolo de mi infancia, que no podía creer verlo corporizado ante mi.

Delfor, había sido contratado para una promisoria nueva programación, y aquella visita que me observaba detrás del vidrio, me había elegido para ser su locutor junto a mi inolvidable Zulmita Salerno, por entonces compañera de esa casa. Demás está decir que aquello fue maravilloso desde lo profesional y además, porque con el tiempo pude conocer a un personaje que me brindó todo su afecto, respeto y amistad, permitiéndome admirarlo aún más, por su capacidad creativa y espontánea que volcaba en cada instante.

Locutor, libretista, dibujante de historietas y excelente persona, me permitieron a través del tiempo y hasta el último 13 de septiembre, valorar en vida a este verdadero hacedor de ideas y humor que me acompañaran.

Hoy los medios, ocupados en la política, los chismes del alcoba y promoción de vendedoras de servicios personales, como a todos los grandes del pasado, desde hace mucho tiempo lo tenían olvidado, y fueron muy pocos, los que en breves líneas difundieran su partida definitiva.

Pero mientras existan los sexagenarios de hoy, su nombre y reconocimiento, como el de tantos olvidados, quedarán indemnes en nuestra memoria como uno de los forjadores de aquella radiofonía argentina, que aún y con el paso del tiempo fuera orgullo nacional.
 
Gracias Delfor, por tanto talento y por haberme permitido ser felíz.