lunes, 8 de agosto de 2016

A
lejado desde hace algún tiempo de los quehaceres que me impone el contacto con mis amigos “oyentes”, vuelvo con una dosis de culpa, aunque sabiendo que día a día son muchos, quienes desde cualquier lugar del mundo acceden a estas notas.

He preferido abstenerme de esbozar comentario alguno sobre la actualidad de los medios, dado que de haberlo hecho, hubieran significado de un tono absolutamente critico, ante lo deplorable que por estos tiempos recibimos de quienes tienen la responsabilidad de brindar un menú aceptable y ameno, como aquellos que me llevaran a esta pasión.

Días pasados, con verdadera satisfacción he recibido un mensaje altamente emotivo. Se contactó, con este blog, el hijo de quienes fueran dos iconos del quehacer radial y televisivo de aquellos tiempos de gloria, que supimos disfrutar.
Solo su apellido, ya identificó en mi mente aquella época dorada donde los medios, eran por sobre todo, educativos y cautivantes en cuanto a sus contenidos. La persona en cuestión, lleva como sello de calidad un nombre que así como ocurre en mi mente y aún en mis retinas, seguramente lo mismo les ocurrirá a quienes como yo, lo supimos disfrutar. ALFREDO GISBERT.

El texto de ese halagador mensaje expresa:




Hola
“Vi tus líneas, si te puedo ayudar en alguna evocación de mi viejo o de mi madre Martha Montalban conta conmigo.
Saludo afectuoso.”
Alfredo Gisbert 

Agradeciendo el contacto y la novedad por mi ignorada, es que aquel recordado gran locutor y maestro de ceremonias, estaba casado con otra gran estrella del quehacer radial, la Sra Martha Montalban, voz calificada de la programación, de cuando LR3 Radio Belgrano, era una radio seria(años ´50-´60) y no presa de cuanto aparato político accediera al poder.

Mi respuesta no se hizo esperar y fue la siguiente:

Jorge Garcés 

15 jul.


“Estimado Alfredo, ante todo gracias por molestarte en este acercamiento. Recuerdo con especial respeto a tu padre, uno de los conspicuos locutores y maestros de ceremonias, de cuando en los medios trabajaban los verdaderos profesionales.
Lo que ignoraba es que su esposa fuera otra de las grandes locutoras  como Martha Montalvan, una voz dulce y cautivante que identificaba a Radio Belgrano.

Me encantaría tu grato ofrecimiento de recibir testimonios de estos dos exitosos, que deleitaran mi infancia. Gracias y quedo a la espera de tus envíos, será un verdadero placer, ya que ese es el sentido del Blog.
Cordiales saludos y mi homenaje a tus viejos, que en el cielo estarán seguramente brillando con su arte.”
Abrazo-J.G.


En pocos días gracias a otro amigo "del aire", nos reencontraremos com material del inolvidable "JUANCHO"